Reproducción

Vamos a centrarnos principalmente en la cría de las pequeñas psitácidas más comunes en nuestros hogares: los periquitos, los agapornis y las ninfas.

 

En su hábitat natural estos pequeños loros viven y crían en grandes colonias, por lo que es posible la cría de éstos en grandes voladeras con varias parejas. Procuraremos que siempre haya el mismo número de machos que de hembras para evitar las disputas por conseguir pareja. Además, tendremos en cuenta que diferentes tipos de psitácidas no siempre son compatibles: podemos juntar ninfas con periquitos si hay espacio suficiente sin problemas, pero a los agapornis solo podemos juntarlos con los de su propia especie pues son bastante belicosos incluso con aves de mayor tamaño como las ninfas.

 

Tanto los periquitos como los agapornis o las ninfas (y la mayoría de las psitácidas) suelen formar parejas muy sólidas que pueden durar de por vida, aunque no siempre es así. Así, podemos formar las parejas a "nuestra manera" juntando antes a las parejas y soltándolas en las voladeras cuando ya estén bien consolidadas, pero eso no quita que pueda surgir algún flechazo imprevisto o unos cuernos eventuales. Para las aves lo mejor es que dejemos que la naturaleza siga su curso: soltar el mismo número de hembras que de machos y esperar que ellos elijan, aunque esto puede ser un inconveniente si queremos sacar mutaciones (colores) determinadas en nuestras crías, por lo que cada cual hará lo que crea oportuno.

 

No debemos superpoblar una voladera; lo aconsejable es un mínimo de 1m. cúbico por pareja en el caso de los agapornis o periquitos, y 2 m. en el caso de las ninfas.

También pueden criar por parejas en jaulas de cría. Las medidas ideales de estas jaulas son de 1m. (L) x 50cm. (An) x 50cm. (Al) en los periquitos y agapornis, aunque a menudo se usan jaulas de cría de 60cm. de largo con buenos resultados. En el caso de las ninfas el tamaño será el doble.

 

Estas aves construyen sus nidos en los agujeros de los troncos de los árboles. En las tiendas venden cajas-nido para la cría en cautividad, aunque con un poco de maña podemos construirlas nosotros mismos.

Cuidados y consideraciones especiales:

  • Nunca pondremos a criar a ejemplares demasiado jóvenes. Las hembras tendrán como mínimo un año y los machos al menos 8 meses. La plena madurez sexual la alcanzan a los 2 años.
  • Durante todo el proceso de cría intentaremos molestar lo menos posible a los futuros papás, pero nunca descuidaremos la limpieza.
  • No les debe faltar calcio. El hueso de sepia y/o un bloque de minerales ayudarán a que la hembra no sufra un déficit de calcio con la puesta de los huevos.
  • Cuidaremos la alimentación de nuestras parejas especialmente durante la cría, pero siempre obtendremos mejores resultados si la cuidamos durante todo el año.
  • La pasta de cría es una abundante fuente de proteínas que no les debe faltar durante todo el proceso de cría. Idealmente se la empezaremos a proporcionar un par de semanas antes de ponerles los nidos para que se acostumbren a ella y tengan así energía extra para la reproducción.
  • Las semillas germinadas también son aconsejables en esta época de desgaste por su alto valor nutritivo, además, su alto contenido en vitamina E incitará a las parejas a entrar en celo.
  • Es muy importante que tengan una bañerita siempre a su disposición, especialmente si el clima es seco.
  • Tanto si nacen los pollitos como si no (puestas fallidas), no dejaremos que nuestras parejas hagan más de 2 puestas seguidas. Si deseamos hacer una 3º (y última) puesta, les dejaremos descansar al menos durante un mes entre la 2º y la 3º para que recuperen fuerzas. Hay criadores que dejan a sus parejas hacer 3 puestas seguidas y luego las deja descansar hasta el siguiente año, pero nosotros preferimos y recomendamos dejarlos descansar después de una 2º puesta.
  • A partir de los 10 días después de la puesta del último huevo podemos comprobar si los huevos están fecundados. En caso de que no lo estén los retiraremos para no causar un desgaste innecesario en la hembra. Podemos comprobar si están fecundados mirándolos a través de una linterna; si vemos unas venitas o una sombra oscura es que lo están; si por el contrario se transparenta la yema el huevo (el huevo es amarillento), no está fecundado.
  • En parejas que ya hayan tenido una puesta exitosa podemos saltarnos el paso anterior, pues es mucho más probable que los huevos estén fecundados. Es sobre todo en las primerizas cuando puede haber puestas fallidas debido a la juventud o a la inexperiencia.
  • El máximo de nidadas por año son 3. Más constituiría un desgaste excesivo de los padres. Lo ideal son 2.
  • Mejor si no dejamos criar a nuestras aves en condiciones climáticas extremas (los meses más calurosos del verano o los más fríos del invierno).
  • También hay que tener en cuenta las horas de luz. Los días largos incitan a las parejas a criar y pueden alimentar a sus polluelos durante más horas, mientras que los días más cortos del invierno no son aconsejables para la cría.

 

El milagro de la vida

  • Una vez lo tangamos todo dispuesto, empezará el apareamiento: la parejita se acicalará mutuamente, el macho regurgitará comida a la hembra, los dos pasarán gran parte del tiempo en el nido y llegará el momento de la cópula en el que la hembra hará una postura característica llamada "el avioncito" (encorvada con las alas semi abiertas) y el macho la pisará y la fecundará.
  • A los 8 - 12 días comenzará la puesta de huevos. Normalmente los ponen a días alternos, y las puestas suelen ser de 3 ó 5 huevos, aunque pueden llegar a poner hasta 7 e incluso 8.
  • A los 18 días de incubación (en el caso de los periquitos) o a los 21 (ninfas y agapornis) empezarán a nacer los polluelos, también en días alternos, en el mismo orden que fueron puestos los huevos. Hay que tener en cuenta que no todas las hembras empiezan a incubar nada más poner el primer huevo: muchas lo hacen a partir del 2º e incluso del 3º huevo.
  • 5 semanas después (periquitos y ninfas) ó 6 semanas después (agapornis) ya vuelan y abandonan el nido. Los padres los alimentan durante unas 2 semanas más, pero recomendamos dejar a las crías con los padres al menos 3 semas más desde que saltan del nido para aseguranos de que comen solos perfectamente.
  • Normalmente, si no les quitamos el nido, los padres empezarán con una 2º puesta. En el caso de que hayan hecho 2 seguidas, habrá que quitarles el nido nada más salten los polluelos de él para evitar que comiencen una 3º puesta.

Particularidades de cada especie:

Periquitos

  • Es fácil distinguir al macho de la hembra. En los periquitos ancestrales (verdes) los machos tienen el color de la cera (encima del pico) azulado y las hembras beis, aunque en algunas mutaciones (colores) obtenidos mediante la cría son un poco más difíciles de diferenciar.
  • Normalmente se usan nidos horizontales de 20 (L) x 11 (An) x 11 (Al) cm.
  • Cubriremos el suelo del nido con unos 2 cm. de virutas de madera.

Agapornis

  • Diferenciar los sexos es complicado ya que son aves que no presentan dimorfismo sexual. Para ello lo más recomendable es hacerles una prueba de ADN que se realiza a partir de unas pocas plumas (AQUÍ tenéis una empresa adonde hacerlo fácil y económicamente). Por el comportamiento podemos intuir si es macho o hembra, pero a menudo tienen comportamientos contradictorios que dificultan esta labor.
  • Se usan nidos horizontales de 25 x 15 x 15 cm.
  • Las hembras confeccionan el nido. Para ello hemos de procurarles material de nidificación durante todo el proceso (también una vez hayan nacido los pollitos, pues la hembra irá haciendo "reparaciones" en el nido). Los más usados son las hojas de palmera, las ramitas de sauce y el bambú. También es bueno cubrir el suelo del nido con unos 2 cm. de virutas de madera.

Evolución de un pollito de agapornis roseicollis:

Con 3 - 5 días; Con 19 días; Con 26 días; Con 33 días. Con 45 días.

Ninfas

  • Como ocurre en los periquitos, en las ninfas ancestrales (grises) es relativamente fácil diferenciar los sexos, al menos cuando son adultos. El macho tiene las manchas naranjas de la cara más grandes y brillantes, y el color de la cabeza es de una amarillo más intenso, mientras que en las hembras estos puntos de color son menos llamativos y tienen la cabeza grisácea. En algunas mutaciones es más difícil diferenciar a los machos de las hembras, pero podemos hacerlo por la cola: tras la primera muda (6 - 8 meses) los machos pierden las franjas de la cola, mientras que las hembras las conservan, y además los machos cantan mientras que las hembras solo pían.
  • Se usan nidos verticales de 25 x 25 x 30 (Al) cm.
  • Cubriremos el suelo del nido con 2 cm. de virutas de madera.
  • Los machos de las ninfas, a diferencia de las otras especies, se turnan con la hembra para la incubación de los huevos.


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