Higiene y salud

Estas aves suelen ser fuertes y pueden pasar toda su vida sin enfermar, pero para esto hay que seguir unas pautas de salud e higiene básicas, además de llevar una dieta equilibrada.

 

Cuidado del plumaje

Las aves emplean mucho tiempo arreglando su plumaje. Cada una de las plumas es sometida a una minuciosa limpieza. En la rabadilla (sobre la cola) tienen una glándula, llamada glándula uropigial, que segrega un aceite con el que impregnan todo su plumaje dándole brillo y haciéndolo prácticamente impermeable. Además, les gusta bañarse a diario para lo cual habremos de ofrecerles un recipiente adecuado con agua limpia. Algunas aves prefieren una ducha en vez de un baño; un pulverizador nos servirá para tal fin. Probaremos ambos métodos para ver cuál les gusta más a nuestras mascotas. Con el pulverizador tendremos cuidado y lo usaremos al principio con mucho tacto para no asustar al ave; para ello observaremos su reacción: si ahueca las plumas y se va moviendo para recibir dicha ducha en varias partes del cuerpo, es que nuestro lorito está disfrutando; sin embargo, si muestra temor dejaremos de lado este método y seguiremos insistiéndole con la bañerita, que llegado el momento acabará aceptando.

Limpieza

En un lugar adonde no se acumula la suciedad, tampoco se acumulan las bacterias, así que hay que seguir unas normas básicas de limpieza:

  • A diario: limpiaremos comederos y bebederos antes de volver a llenarlos de comida. Esto es especialmente importante con la comida fresca y los bebederos que no sean de tubo. También limpiaremos la suciedad más visible.
  • Cada 2 ó 3 días: cambiar el lecho (bandeja) de la jaula (ya sean papeles, arena para aves o similar).
  • Semanalmente: limpiar la jaula o pajarera a fondo. Limpiar también las perchas, juguetes y demás accesorios con agua caliente.
  • Mensualmente: limpieza profunda de toda la jaula o pajarera. Renovar las ramas que estén muy sucias o roídas y cambiarlas por ramas frescas.
  • Cuando sea necesario: lavar a fondo y desinfectar las jaulas, voladeras, pajareras… Esto es especialmente importante en voladeras exteriores, adonde las aves pueden entrar en contacto con otras aves, animales… y especialmente parásitos que pueden llegar a convertirse en una verdadera plaga y hacer estragos en nuestras voladeras.


Otros cuidados

A parte de la limpieza, hemos de tener en cuenta otros factores que pueden hacer enfermar a nuestras aves, como lo son los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire, la comida o el agua en mal estado…

También hemos de procurar que el entorno carezca de peligros potenciales para nuestros loritos cuando vuelan libremente por la habitación. Además de tener siempre mucho cuidado con no dejarnos puertas o ventanas abiertas para evitar fugas, también tenemos que tener en cuenta otros peligros como son: la cocina (peligro de quemaduras o irritación por inhalación de gases tóxicos), espejos y cristales (al no verlos, pueden golpearse fuertemente contra ellos, así que, hasta que se acostumbren a su nuevo entorno, es mejor tapar cristales y ventanas con una tela opaca), tapas del váter abiertas, aplastamientos accidentales… En pocas palabras: tendremos que pensar un poco como si fuéramos nuestro lorito para poder evitar así posibles accidentes.

Otro peligro son las plantas. Antes de dejar volar libremente a nuestras aves, tendremos que informarnos de que las plantas que tengamos no sean tóxicas para ellos, ya que es muy probable que se entretengan picoteándolas… En caso de duda, lo mejor es no tener las plantas en las habitaciones adonde vuelen libres nuestras aves… Y si nos estimamos las plantas, ésta es también la mejor medida para que no acaben más despobladas de lo que desearíamos.

 

Si el ave enferma

No pretendemos hacer una lista de todas las enfermedades que pueden tener nuestros loritos, pero al menos sí tener algunas nociones básicas para poder distinguir a un ave sana de una enferma.

Algunos síntomas de enfermedad son: decaimiento general, apatía, pérdida de apetito, pérdida anormal de plumas, quedarse quieto en algún rincón hecho una “bola”… Además también pueden tener diarrea, estornudos, moqueo, ojos irritados… En el caso de fracturas, notaremos que el ave cojea, tiene algún miembro con alguna postura atípica, le arrastra algún ala o es incapaz de volar…

 

Lo primero que debemos hacer es separar al ave enferma de las demás para que no puedan contagiarse entre ellas y así tener al enfermo más vigilado. Lo segundo será llevarlo al veterinario especializado en exóticos (siempre debemos tener a mano el teléfono de un veterinario especialista en exóticos). Él ya nos dirá lo que tenemos que hacer a continuación.

Mientras dure el tratamiento, lo mejor es que el enfermo esté a parte en un lugar tranquilo y caldeado para poder vigilarlo mejor, que pueda descansar para recuperar fuerzas, administrarle los medicamentos y evitar posibles contagios.

Para estos casos es conveniente tener a mano siempre una jaula que nos sirva de “enfermería” y alguna fuente de calor extra, como una lámpara de infrarrojos.

 

Resumiendo: un ave bien cuidada y alimentada, en un entorno limpio y libre de aburrimiento, probablemente sea una mascota sana y fuerte por mucho tiempo.

 


Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, no dudes en escribir:

 

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